¿Para qué sirven las Humanidades en la universidad? La utilidad de lo inútil (la cultura)
Arriba: Sócrates, Wittgenstein, Sartre y Nietzsche. Abajo: Kant, Marx, Barthes y Foucault |
Reproduzco textualmente parte del capítulo "Los saberes sin beneficios son inútiles" (pp. 28-30).
"No por azar en las últimas décadas a las disciplinas humanísticas se las considera inútiles, se las margina no sólo en los programas escolares sino sobre todo en los capítulos de los presupuestos estatales y en los fondos de las entidades privadas y las fundaciones. ¿Para qué gastar dinero en un ámbito condenado a no generar beneficios? ¿Por qué destinar fondos a saberes que no aportan un rápido y tangible rendimiento económico?
En este contexto basado exclusivamente en la necesidad de pesar y medir con arreglo a criterios que privilegian la quantitas, la literatura (pero el mismo discurso, como veremos enseguida, podría valer para otros saberes humanísticos, así como para los saberes científicos sin un propósito utilitarista inmediato) puede por el contrario asumir una función fundamental, importantísima: precisamente el hecho de ser inmune a toda aspiración al beneficio podría constituir, por sí mismo, una forma de resistencia a los egoísmos del presente, un antídoto contra la barbarie de lo útil que ha llegado incluso a corromper nuestras relaciones sociales y nuestros afectos más íntimos. Su existencia misma, en efecto, llama la atención sobre la gratuidad y el desinterés, valores que hoy se consideran contracorriente y pasados de moda".
Buscando a Nemo, 2003 |
¿Cuál es la moraleja?
Seguimos con Nuccio Ordine. "Como les sucede a los dos peces más jóvenes, no nos damos cuenta de qué es en verdad el agua en la que vivimos cada minuto de nuestra existencia. No tenemos, pues, conciencia de que la literatura y los saberes humanísticos, la cultura y la enseñanza constituyen el líquido amniótico ideal en el que las ideas de democracia, libertad, justicia, laicidad, igualdad, derecho a la crítica, tolerancia, solidaridad, bien común, pueden experimentar un vigoroso desarrollo".
Aquí os cito una reflexión de otro ilustre pensador George Steiner (entrevista en español aquí) (revista Trípodos nº 12, pp. 83-93, año 2002), en la cual se pone de manifiesto que las Humanidades también deben estar abiertas a la ciencia: "Hasta que los estudiantes de humanidades no aprendan seriamente un poco de ciencia, hasta que la gente que estudia lenguas clásicas o literatura española no estudie matemáticas no estaremos preparando la mente humana para el mundo en que vivimos. Si no entendemos algo mejor el lenguaje de las ciencias no podemos entrar en los grandes debates que se avecinan. A los científicos les gustaría hablar con nosotros, pero nosotros no sabemos cómo escucharlos. Este es el gran problema".
Más reflexiones. Si comento que la crisis no se supera recortando los fondos para la cultura sino duplicándolos, no digo nada nuevo. Siguiendo el libro de Ordina (pp. 82-84) os copio parte del discurso pronunciado por Victor Hugo (museo aquí) el 10 de noviembre de 1848 en la Asamblea constituyente francesa.
"Afirmo, señores, que las reducciones propuestas en el presupuesto especial de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas. Son insignificantes desde el punto de vista financiero y nocivas desde todos los demás puntos de vista. Insignificantes desde el punto de vista financiero. Esto es de una evidencia tal que apenas me atrevo a someter a la asamblea el resultado del cálculo proporcional que he realizado (…) ¿Qué pensarían, señores, de un particular que, disfrutando de unos ingresos de 1500 francos, dedicara cada año a su desarrollo intelectual (…) una suma muy modesta: 5 francos, y, un día de reforma, quisiera ahorrar a costa de su inteligencia 6 céntimos?
Un artista, un poeta, un escritor célebre trabaja toda la vida, trabaja sin pensar en enriquecerse, muere y deja a su país mucha gloria con la sola condición de que se proporcione a su viuda e hijos un poco de pan.
¿Y qué momento se elige? Aquí está, a mi juicio, el error político grave que les señalaba al principio: ¿qué momento se elige para poner en cuestión todas estas instituciones a la vez? El momento en el que son más necesarias que nunca, el momento en el que en vez de reducirlas, habría que extenderlas y ampliarlas.
(…) ¿Cuál es el gran peligro de la situación actual? La ignorancia. La ignorancia aún más que la miseria. (…) ¡Y en un momento como éste, ante un peligro tal, se piensa en atacar, mutilar, socavar todas estas instituciones que tienen como objetivo expreso perseguir, combatir, destruir la ignorancia!
Pero si quiero ardiente y apasionadamente el pan del obrero, el pan del trabajador, que es un hermano, quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida. Quiero multiplicar el pan del espíritu como el pan del cuerpo.
(…) Habría que multiplicar las escuelas, las cátedras, las bibliotecas, los museos, los teatros, las librerías. Habría que multiplicar las casas de estudio para los niños, las salas de lectura para los hombres, todos los establecimientos, todos los refugios donde se medita, donde se instruye, donde uno se recoge, donde uno aprende alguna cosa, donde uno se hace mejor; en una palabra, habría que hacer que penetre por todos lados la luz en el espíritu del pueblo, pues son las tinieblas lo que lo pierden.
Han caído ustedes en un error deplorable; han pensado que se ahorrarían dinero, pero lo que se ahorran es gloria."
Finalmente acabo con unas reflexiones de Ordine (pp. 104-105)
"…la progresiva retirada del Estado obliga cada vez más a universidades y centros de investigación a pedir fondos a empresas privadas y multinacionales. Se trata, en cualquier caso, de proyectos dirigidos a la realización de un producto que pueda lanzarse al mercado o utilizarse dentro de la misma empresa. Y sin querer disminuir la importancia de estas contribuciones al progreso de la ciencia, parece sin embargo quedar muy lejos el clima de libertad del que habla Flexner a propósito del Institute for Advanced Study de Princeton, que ha hecho posible las grandes revoluciones científicas. La llamada investigación básica, en otros tiempos financiada con dinero público, no parece ya despertar ningún interés.
Y a la luz de estos desarrollos, ¿puede considerarse casual el hecho de que en las últimas décadas las ‘estafas’ en las investigaciones científicas hayan aumentado unas diez veces con respecto al pasado? En su reciente denuncia de este fenómeno, Arturo Casadevall, el profesor del Albert Einstein College de Medicina de Nueva York, nos ofrece cifras que suenan como una señal de alarma: sólo en 2007 se retiró por fraude una proporción de 96 estudios de cada millón. Un dato preocupante si pensamos que entre los factores decisivos de esta tendencia, ocupa un lugar destacado los condicionamientos ejercidos sobre la biomedicina por intereses económicos. Nadie ha olvidado el famoso caso del artículo contra las vacunas publicado el año 1998 en Lancet por Andrew Wakefield y después retirado a consecuencia de la condena del autor por graves conflictos de intereses en el plano científico y financiero".
Ricardo, muchas gracias por tus comentarios. Lo que comentas es la clave del problema. ¿Queremos una universidad para que forme trabajadores? o ¿Queremos una universidad que enseñe conocimientos y valores? O incluso algo más, ¿son compatibles ambos tipos de universidad? Si apostamos por lo primero, a lo mejor hablamos de formación profesional. Si nos referimos a lo segundo, probablemente no tengamos instituciones rentables en el corto y medio plazo. En fin, no es fácil el problema...
ResponderEliminarSi usas bastante tiempo y mucho dinero en una asignatura o carrera q no te permite ver el retorno de la inversión es una perdida.
ResponderEliminarLo demás son fantasías e ilusiones.
Otra cosa muy diferente seria si ese conocimiento fuera gratuito, económico y que sinceramente me llame la atención. Por ejemplo:
Un ingeniero que pago una suma importante de dinero por unas asignaturas para aprender a ser ingeniero y le enseñan historia de Grecia es una perdida de tiempo que podría invertir estudiando las asignaturas ingenieriles o que la universidad pudiera usar ese tiempo para meter otra materia q lo ponga mas cerca de su objetivo de ser ingeniero.