La corrupción es el peor enemigo del desarrollo (Joel Mokyr)
A continuación os dejo una entrevista con el profesor Mokyr, concedida en 2010 a El País.
Joel Mokyr (Leyden, Holanda 1946) no es solo un historiador económico, es un estudioso del impacto de los avances tecnológicos en el desarrollo. Y en el mundo de hoy, donde la conciencia sobre la importancia de la innovación en el progreso está tan extendida, sus investigaciones cobran especial relevancia. De su extensa bibliografía son imprescindibles La palanca de la riqueza (Alianza, 1993) y su último libro, no editado aún en español, The Enlightened Economy (La Economía Ilustrada).
En sus trabajos, Mokyr cuestiona la importancia de las ventajas comerciales, los bajos costes laborales o la abundancia de los recursos naturales como motores económicos. Por el contrario, eleva a los cielos la importancia de la educación y la innovación tecnológica y la eficiencia gubernamental como determinantes para el desarrollo sostenido. En su discurso, el académico de la Universidad de Northwestern, en el Estado de Illinois (EE UU), enfatiza que el éxito de Occidente no se funda solo en las leyes del mercado, sino en el pensamiento y la cultura. Y para él, esta es una gran ventaja frente a las ponderadas economías emergentes de China, Rusia o India.
“El milagro chino está sobrevalorado. Es un país pobre y con unos estándares de vida muy por debajo de los occidentales... Pekín y Shanghái no reflejan la realidad de China, así como Nueva York no representa al resto de Estados Unidos... Yo no viviría allí, al menos no como un trabajador chino. Es un modelo que funciona sobre la base de bajos salarios y una moneda devaluada y, por encima de esto, es muy corrupto. Las empresas pagan a una lista cada vez más amplia de funcionarios y altos cargos del Partido Comunista. Ni el país más corrupto de Europa es comparable a China o a Rusia, una nación cuya podredumbre es más visible que la china y que lo está desangrando. (...) Y la corrupción es el peor enemigo del desarrollo”.
Para Mokyr, un “Gobierno ineficiente paraliza la innovación tecnológica y acaba por naufragar en la corrupción”. Hay una broma muy extendida en el mundo de los economistas: “Estados Unidos es un país de ricos en manos de un Gobierno pobre y China es un país de pobres en manos de un Gobierno rico”. El profesor asiente: “En una economía sana, el Estado trabaja para crear un mayor bienestar, pero en China trabaja para llenar los bolsillos de sus funcionarios... La corrupción en el gigante asiático no es nueva ni fue creada por el Partido Comunista, empieza a mediados del siglo XVII con la dinastía Qing. La historia del país desde hace siglos no es muy alentadora, no han forjado la tradición de servicio público que existe en Alemania, Holanda o Europa en general”.
“Una de las grandes aportaciones de la Ilustración, si no la mayor de ellas, es establecer que el principal propósito del rey es el de enriquecer a otros y no a sí mismo. Esta es la tendencia que impera en la Europa del siglo XIX y hoy es el principal capital de Occidente frente al desafío de China o India”, enfatiza Mokyr. El profesor es muy consecuente con su tesis de que la Revolución Industrial no hubiese sido posible sin la innovación de las ideas y las instituciones, además de la tecnológica. Y que fue el legado intelectual de la Ilustración el que impulsa el cambio que transforma primero Reino Unido y luego el mundo. “Mire México... pocos países ejemplifican mejor el daño que causa la debilidad institucional en el desarrollo... La gente, las empresas están abandonando Monterrey, el corazón industrial y tecnológico del país”, se lamenta.
Mokyr pone la educación al mismo nivel que la eficacia de la Administración pública para lograr el progreso. “Una nación sin educación jamás será próspera”, dice tajante. “Estados Unidos tiene muchas de las mejores universidades del mundo y la relación entre el Gobierno, el mundo académico y la empresa es uno de los pilares del crecimiento del país. Pero por debajo del nivel de Harvard, el MIT, Yale, Princeton o Stanford, el sistema está en franca decadencia por la falta de financiación. La Universidad de California, en otros tiempos un referente académico, se derrumba. Esta dejadez es un grave error y una estupidez en nombre de la austeridad fiscal. Es mejor legar a nuestros hijos y nietos un Estado educado que un Estado sin deudas”, explica.
Y añade: “La filantropía de gente muy rica como Warren Buffet o Bill Gates está supliendo la falta de inversión del Estado en educación. Pero esto pasa casi exclusivamente en Estados Unidos y no hay tantos casos como sería deseable... Otras personas muy ricas como Meg Whitman [ex presidenta de E-bay y candidata republicana a la gobernación de California] utilizan su dinero para intentar ganar elecciones”.
-¿De qué país puede surgir un modelo económico a seguir tras la crisis?
-Mi primer pensamiento es para Alemania, pero yo seguiría viviendo en Estados Unidos; tiene grandes problemas pero también muchos medios para resolverlos más rápidamente que otros países.
Joel Mokyr (Leyden, Holanda 1946) no es solo un historiador económico, es un estudioso del impacto de los avances tecnológicos en el desarrollo. Y en el mundo de hoy, donde la conciencia sobre la importancia de la innovación en el progreso está tan extendida, sus investigaciones cobran especial relevancia. De su extensa bibliografía son imprescindibles La palanca de la riqueza (Alianza, 1993) y su último libro, no editado aún en español, The Enlightened Economy (La Economía Ilustrada).
En sus trabajos, Mokyr cuestiona la importancia de las ventajas comerciales, los bajos costes laborales o la abundancia de los recursos naturales como motores económicos. Por el contrario, eleva a los cielos la importancia de la educación y la innovación tecnológica y la eficiencia gubernamental como determinantes para el desarrollo sostenido. En su discurso, el académico de la Universidad de Northwestern, en el Estado de Illinois (EE UU), enfatiza que el éxito de Occidente no se funda solo en las leyes del mercado, sino en el pensamiento y la cultura. Y para él, esta es una gran ventaja frente a las ponderadas economías emergentes de China, Rusia o India.
“El milagro chino está sobrevalorado. Es un país pobre y con unos estándares de vida muy por debajo de los occidentales... Pekín y Shanghái no reflejan la realidad de China, así como Nueva York no representa al resto de Estados Unidos... Yo no viviría allí, al menos no como un trabajador chino. Es un modelo que funciona sobre la base de bajos salarios y una moneda devaluada y, por encima de esto, es muy corrupto. Las empresas pagan a una lista cada vez más amplia de funcionarios y altos cargos del Partido Comunista. Ni el país más corrupto de Europa es comparable a China o a Rusia, una nación cuya podredumbre es más visible que la china y que lo está desangrando. (...) Y la corrupción es el peor enemigo del desarrollo”.
Para Mokyr, un “Gobierno ineficiente paraliza la innovación tecnológica y acaba por naufragar en la corrupción”. Hay una broma muy extendida en el mundo de los economistas: “Estados Unidos es un país de ricos en manos de un Gobierno pobre y China es un país de pobres en manos de un Gobierno rico”. El profesor asiente: “En una economía sana, el Estado trabaja para crear un mayor bienestar, pero en China trabaja para llenar los bolsillos de sus funcionarios... La corrupción en el gigante asiático no es nueva ni fue creada por el Partido Comunista, empieza a mediados del siglo XVII con la dinastía Qing. La historia del país desde hace siglos no es muy alentadora, no han forjado la tradición de servicio público que existe en Alemania, Holanda o Europa en general”.
“Una de las grandes aportaciones de la Ilustración, si no la mayor de ellas, es establecer que el principal propósito del rey es el de enriquecer a otros y no a sí mismo. Esta es la tendencia que impera en la Europa del siglo XIX y hoy es el principal capital de Occidente frente al desafío de China o India”, enfatiza Mokyr. El profesor es muy consecuente con su tesis de que la Revolución Industrial no hubiese sido posible sin la innovación de las ideas y las instituciones, además de la tecnológica. Y que fue el legado intelectual de la Ilustración el que impulsa el cambio que transforma primero Reino Unido y luego el mundo. “Mire México... pocos países ejemplifican mejor el daño que causa la debilidad institucional en el desarrollo... La gente, las empresas están abandonando Monterrey, el corazón industrial y tecnológico del país”, se lamenta.
Mokyr pone la educación al mismo nivel que la eficacia de la Administración pública para lograr el progreso. “Una nación sin educación jamás será próspera”, dice tajante. “Estados Unidos tiene muchas de las mejores universidades del mundo y la relación entre el Gobierno, el mundo académico y la empresa es uno de los pilares del crecimiento del país. Pero por debajo del nivel de Harvard, el MIT, Yale, Princeton o Stanford, el sistema está en franca decadencia por la falta de financiación. La Universidad de California, en otros tiempos un referente académico, se derrumba. Esta dejadez es un grave error y una estupidez en nombre de la austeridad fiscal. Es mejor legar a nuestros hijos y nietos un Estado educado que un Estado sin deudas”, explica.
Y añade: “La filantropía de gente muy rica como Warren Buffet o Bill Gates está supliendo la falta de inversión del Estado en educación. Pero esto pasa casi exclusivamente en Estados Unidos y no hay tantos casos como sería deseable... Otras personas muy ricas como Meg Whitman [ex presidenta de E-bay y candidata republicana a la gobernación de California] utilizan su dinero para intentar ganar elecciones”.
-¿De qué país puede surgir un modelo económico a seguir tras la crisis?
-Mi primer pensamiento es para Alemania, pero yo seguiría viviendo en Estados Unidos; tiene grandes problemas pero también muchos medios para resolverlos más rápidamente que otros países.
Comentarios
Publicar un comentario