Un poema de William Blake: El deshollinador


Original Daily Mail
El cambio tecnológico suele ser la cara amable de la Revolución Industrial, sin embargo las cosas fueron bastante más complicadas. Una de las personas más preocupadas por la situación social y las condiciones de vida fue el poeta y pintor William Blake. Os pongo un ejemplo. La terrible situación de los deshollinadores escandalizaba incluso al brutal Londres del siglo XVIII (legislación aquí, artículo aquí). Los niños eran comprados a edades tan tempranas como los cuatro años. Eran quemados, asfixiados y golpeados para que deshollinaran chimeneas, y su recompensa era la deformidad, el cáncer, la indigencia y la muerte. Eran un símbolo de la disponibilidad sexual, y por eso existía la tradición de que los deshollinadores besaran a las novias (William Blake. Flagelo de tiranos (2004) escrito por Judy Cox. España: Ediciones de Intervención cultural / El Viejo Topo, pp. 67-69).

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El deshollinador (the chimney sweeper)

Cuando mi madre murió, yo era muy joven,
Y mi padre me vendió cuando mi lengua
Apenas podía gritar: “¡Esonillador!”
Hoy deshollino vuestras chimeneas y duermo en el hollín.
Vino entonces un ángel con una llave brillante,
Que abrió los ataúdes y liberó a todos;
Saltando, riendo, por verdes prados corrieron,
Se lavaron en el río y brillaron al sol.
Entonces, desnudos, blancos, atrás dejaron sus bolsos,
Subieron a las nubes y jugaron en el viento;
El Ángel le dijo a Tom que si era un buen muchacho,
Tendría a Dios como padre y siempre estaría contento.
Y luego Tom se despertó; oscuro nos levantamos,
a nuestros trabajos fuimos con los bolsos y cepillos,
y aunque la mañana era fría, el feliz Tom tenía calor.
Si se cumplen los deberes, nada debe temerse.

P.D. Si queréis comprobar qué tal os iría en tiempos de la Revolución Industrial podéis ir aquí y aquí.


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