¿Qué políticas económicas acabaron con la Gran Depresión?

Juan Nadie, 1941. Foto aquí.
Os recomiendo el artículo de Christina Romer (biografía aquí), "What Ended the Great Depression", sobre la Depresión de los Años 30. Para esta autora la recuperación de la economía estadounidense entre 1933 y 1941 fue propiciada básicamente por las entradas de oro (motivada por la política del Tesoro norteamericano y la devaluación de la moneda) y por la fuga de capitales europeos ante la proximidad de la guerra. La política fiscal expansiva tuvo un papel mucho menos importante de lo que se piensa en la recuperación de los años 30.

Según señalan Bordo y James (2010), la reactivación se vio obstaculizada por algunas medidas del New Deal restrictivas con la competencia. Así por ejemplo, el National Industrial Recovery Act (NIRA) redujo la oferta de empleo y la oferta agregada al subir artificialmente los salarios y los precios (podéis consultar el artículo de Cole y Ohanian)

En 1937-38 una severa recesión interrumpió la recuperación económica. Según Friedman y Schwartz (1963) se produjo un importante error de la Reserva Federal, al intentar establecer una política monetaria restrictiva que redujese el riesgo inflacionista al aumentar los excedentes de reservas de oro. La Reserva Federal optó por incrementar las reservas obligatorias en vez de vender títulos en el mercado abierto. Este aumento de las reservas propició que los Bancos redujeran los créditos, aumentaran los tipos de interés a corto plazo, se redujera la oferta monetaria y por extensión una caída del PIB. Otros autores han argüido que una política fiscal restrictiva (aumento del tipo impositivo sobre las rentas, impuestos sobre los beneficios no repartidos y eliminación de paga extra para los veteranos de guerra) también contribuyó a la recesión de 1937-38.

No obstante, cuando Roosevelt presionó a la Reserva Federal para que retirara las reservas obligatorias y al mismo tiempo el Gobierno siguiese con la política fiscal expansiva, la recuperación entre 1938 y 1942 fue espectacular. De hecho, la producción creció un 49% auspiciada por las entradas de oro europeo y el gran aumento del presupuesto de defensa.

Para saber más podéis leer el libro de Harold James: El fin de la globalización

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