España año 2050: envejecimiento demográfico, aumento gastos sociales y baja productividad
Original en Expansión mayo 2016 |
Muy interesante el informe “Global Aging 2016: 58 Shades of Gray” realizado por Marko Mrsnik para la agencia de calificación de S&P Global Ratings. En dicho informe se estima que -debido al crecimiento de la esperanza de vida y por consiguiente el gasto en personas dependientes y pensiones- el promedio de deuda pública sobre el PIB aumentará en las economías avanzadas desde el 49% (año 2020) hasta el 131% (año 2050). En los países en desarrollo se incrementará del 42% al 136% (noticia de prensa aquí, aquí y aquí).
Los datos relativos a España son altamente reveladores. Como es bien sabido España tiene un problema demográfico muy importante a largo plazo: envejecimiento, baja natalidad y despoblación del interior. España tiene una de las esperanzas de vida más elevadas del mundo: 80 años para los hombres y 85 para las mujeres. Las últimas estimaciones demográficas de Naciones Unidas señalan que en 2030 habrá 15,36 millones de españoles mayores de 60 años frente a los 11,24 millones que existen en 2015. Más datos. El número de personas mayores de 65 años en relación con la población activa (entre 15 y 64 años) supuso el 26,8% a finales de 2015. Esta proporción se incrementará hasta el 62,3% en 2050: esto implica que dentro de 35 años, por cada 10 personas en edad de trabajar habrá seis pensionistas (pp. 25-26 del informe). Esta cifra es inferior a la de Japón (71%), similar a las de Grecia y Portugal (ambas en torno al 64%) y superior a las de Alemania (57%), Italia (53%), Francia (44%), Reino Unido (41%) y EEUU (37%).
Los datos relativos a España son altamente reveladores. Como es bien sabido España tiene un problema demográfico muy importante a largo plazo: envejecimiento, baja natalidad y despoblación del interior. España tiene una de las esperanzas de vida más elevadas del mundo: 80 años para los hombres y 85 para las mujeres. Las últimas estimaciones demográficas de Naciones Unidas señalan que en 2030 habrá 15,36 millones de españoles mayores de 60 años frente a los 11,24 millones que existen en 2015. Más datos. El número de personas mayores de 65 años en relación con la población activa (entre 15 y 64 años) supuso el 26,8% a finales de 2015. Esta proporción se incrementará hasta el 62,3% en 2050: esto implica que dentro de 35 años, por cada 10 personas en edad de trabajar habrá seis pensionistas (pp. 25-26 del informe). Esta cifra es inferior a la de Japón (71%), similar a las de Grecia y Portugal (ambas en torno al 64%) y superior a las de Alemania (57%), Italia (53%), Francia (44%), Reino Unido (41%) y EEUU (37%).
Original El País |
Una pregunta , partiendo de que siempre habrá alguien que lo haga mejor que nosotros, y teniendo en cuenta que nosotros , supongamos lo hagamos mejor que nadie, me refiero a lo de ser mas productivos y mejor que otros en i+d+i , el problema no se resuelve, porque siempre habrá otro país con otra gente supongamos marruecos o italia o alemania que lo hagan peor que nosotros, en el caso de que nosostros lo hiciesemos mejor que nadi... y entonces eso paises se quedarán atrás , el país y su gente, gente que sufre igual que usted y que yo... por lo que, no habría que replantearse todo desde un punto mas global, (global-hisco), e intentar que todos salgamos adelante, indiferenemente de ser aleman, español, o marroquí, aunque eso ya no se como plantearlo, ni se me ocurre solución alguna, o sí... se lo dejo a usted que cada día nos enseña muchas cosas... y le considero mas capaz que yo...
ResponderEliminarAnónimo has dado con la clave. La globalización es capaz de generar riqueza para todos de forma muy rápida, pero dada la rapidez con que los cambios tecnológicos se quedan obsoletos lo que "hoy" es una innovación "mañana" no sirve. Por consiguiente, siempre habrá alguien a la cola. Estamos en un sistema económico que es capaz de generar suficiente riqueza para todos pero que falla en los mecanismos de redistribución sin que ello repercuta en los incentivos. En otras palabras, si redistribuimos la riqueza y no se mantienen los incentivos, las personas, las empresas y las instituciones no tendrían ganas de crear nuevas tecnologías, medicamentos, sistemas de información, invertir en I+D, etc. Y esto nos haría más pobres.
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