Es difícil “tener un Rey”, pero resulta todavía más difícil “tener una República en donde no hay republicanos”
Estatua Prim Ciutadella (Barcelona), original aquí |
Estas palabras fueron pronunciadas por el catalán Juan Prim primer ministro de España (presidente del Consejo de Ministros) entre 1869 y 1870. El general Prim fue un firme defensor de los intereses económicos de la industria textil catalana y partidario de realizar un referéndum para la independencia de Cuba (aunque esto molestara a importantes grupos de presión catalanes, madrileños, castellanos e incluso andaluces). Tras la Revolución Gloriosa de 1868, Prim era partidario de una monarquía moderna y parlamentaria como las que existían en Inglaterra y Francia. En otras palabras, estaba absolutamente en contra del retorno de los Borbones tras los nefastos reinados de Fernando VII e Isabel II. ¿Qué quería decir con que en España resultaba bastante difícil “tener una República en donde no hay republicanos”? En España casi nadie que accede al poder emplea la empatía con sus adversarios ideológicos. Para un político español una república (o cualquier forma de gobierno) la entiende como “su” república, donde solo tienen razón los de su bando. O estás conmigo, o estás contra mí. Un ejemplo de esto lo constituye el siglo XIX.
El siglo XIX fue un siglo realmente horribilis para España que desembocó en un siglo XX todavía más convulso. ¿Por qué? Seis Constituciones: 1812, 1845, 1856 (conocida como non nata debido al golpe de estado del canario O'Donnell), 1869 (introducción del sufragio universal), un proyecto de Constitución federal en 1873 y finalmente la de 1876 que duró hasta la II República.
Todavía hay más. 1 bancarrota (1867) y 2 suspensiones de pagos (1872 y 1882). 47 pronunciamientos militares entre 1814 y 1886 (13 golpes de estado tienen éxito). 3 guerras civiles (Guerras Carlistas 1833-40; 1846-49; 1872-76).
Sigo. 4 Magnicidios entre 1870 y 1921: Prim en 1870 por un complot de estado donde estuvieron implicados su sucesor el general Serrano, el Duque de Montpensier (padre de María de las Mercedes, futura esposa de Alfonso XII) y el republicano radical José Paúl y Angulo (aunque Prim consiguió traer a Amadeo de Saboya, el presidente Prim acabó siendo asesinado en Madrid el 27 de diciembre); Cánovas del Castillo en 1897 por un anarquista; Canalejas en 1912 por otro anarquista; y Eduardo Dato en 1921 por otro anarquista en represalia por la Ley de Fugas ("la policía está capacitada para disparar a quien salga corriendo o escapando").
Original aquí |
Para saber más de una forma entretenida:
Archivo rtve
Los asesinos del general Prim de Antonio Pedrol Rius
La Barcelona de la dinamita, el plomo y el petróleo, 1884-1909 (Grupo de afinidad Quico Rivas)
La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza (película aquí)
Para consultar todos los datos:
Estadísticas históricas de España, siglos XIX-XX
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