¿Por qué la deuda privada se convierte en deuda pública? ¿Por qué los gobiernos prestaron (prestan) dinero a los bancos?
Informe McKinsey Global Institute |
Imaginemos que tenemos una empresa de cualquier tipo: agencia de viajes, peluquería, tienda de zapatería, empresa de consultoría económica, etc. Generalmente una vez que realicemos nuestro servicio, el cliente tardará un tiempo en pagarnos: 30 días, 60 días o incluso más tiempo. Por ejemplo, las administraciones públicas (gobierno central, gobiernos autonómicos, ayuntamientos, universidades, etc.) tardan en pagar a los autónomos una media de 85 días, casi tres veces más de los 30 días que marca la ley. Dado que tenemos que pagar a nuestros trabajadores, las entidades financieras nos adelantan el dinero a cambio de un tipo de interés. En otras palabras, el banco presta dinero a las empresas que éstas devolverán una vez que sus clientes (otras empresas privadas o las administraciones públicas) abonen las deudas que tenían contraídas.
Mientras tanto, ¿qué hacen los bancos? Las entidades financieras invierten y dejan una parte en provisión para las posibles necesidades de efectivo (véase el concepto de coeficiente legal de caja). Al igual que otros bancos, el sector financiero español tiene su dinero invertido en distintas actividades (invierten en empresas o prestan dinero a las administraciones públicas) y piden dinero a otros bancos de EEUU, Alemania, Francia, Inglaterra, etc. En el caso de España, los principales acreedores (prestamistas) de la banca española antes de que comenzara la crisis financiera de 2008 eran los bancos alemanes que habían invertido en productos financieros asociados con las hipotecas subprime estadounidenses.
Cuando estas entidades extranjeras se vieron afectadas por la crisis de 2008 comenzaron a no prestar dinero a los bancos españoles. La respuesta no se hizo esperar y los bancos españoles dejaron paulatinamente de prestar dinero a las empresas españolas. Dado que las empresas españolas no podían pagar a sus trabajadores ni hacer frente a los pagos, se fueron a la quiebra. En definitiva, si los bancos se quedan si liquidez no dan créditos a las empresas y por consiguiente éstas no pueden comprar más material ni pagar lo que deben. Esto genera (por este orden), más deuda, más morosidad, más impago y finalmente más desempleo.
Si las empresas colapsan y cierran implica menos actividad económica, menos trabajo (más desempleo), menos impuestos, más impagos y menos cotizaciones a la seguridad social. En otras palabras, los gobiernos ven disminuido su nivel de ingresos ya que recaudan menos impuestos y hay menos cotizantes a la seguridad social. Al mismo tiempo, deben mantener su gasto en educación y sanidad e incrementar la partida dedicada a los subsidios de desempleo (en caso contrario, comienzan los recortes). Por esta razón, los gobiernos prestaron, prestan y prestarán dinero a los bancos a un tipo de interés determinado. Obviamente para que después se lo devuelvan. Cuando los gobiernos prestan dinero a los bancos, están convirtiendo la deuda privada en deuda pública.
¿Qué implicaciones tiene esto? El sector público puede aguantar y soportar mejor la deuda que el sector privado. Además la deuda forma parte de los ingresos anuales (consúltese los Presupuestos Generales del Estado 2015 y la Ley 47/2003 de 26 de noviembre). Veamos qué significa esto. La deuda pública son los préstamos que la Administración recibe de terceros: otros países, bancos, empresas o incluso los propios ciudadanos de un país. Por esos préstamos (en forma de bonos y obligaciones), la Administración debe pagar unos intereses que se computan en el déficit. El problema es si el déficit público (diferencia entre ingresos y gastos) aumenta cada año y sigue engrosando la deuda pública de un país. Por ejemplo, la deuda pública de Japón está en torno al 245% del PIB mientras que la deuda española está cercana al 100% (más detalles aquí). Sin embargo, la economía japonesa es muy competitiva y nadie duda de que es un pagador fiable.
Mientras tanto, ¿qué hacen los bancos? Las entidades financieras invierten y dejan una parte en provisión para las posibles necesidades de efectivo (véase el concepto de coeficiente legal de caja). Al igual que otros bancos, el sector financiero español tiene su dinero invertido en distintas actividades (invierten en empresas o prestan dinero a las administraciones públicas) y piden dinero a otros bancos de EEUU, Alemania, Francia, Inglaterra, etc. En el caso de España, los principales acreedores (prestamistas) de la banca española antes de que comenzara la crisis financiera de 2008 eran los bancos alemanes que habían invertido en productos financieros asociados con las hipotecas subprime estadounidenses.
Cuando estas entidades extranjeras se vieron afectadas por la crisis de 2008 comenzaron a no prestar dinero a los bancos españoles. La respuesta no se hizo esperar y los bancos españoles dejaron paulatinamente de prestar dinero a las empresas españolas. Dado que las empresas españolas no podían pagar a sus trabajadores ni hacer frente a los pagos, se fueron a la quiebra. En definitiva, si los bancos se quedan si liquidez no dan créditos a las empresas y por consiguiente éstas no pueden comprar más material ni pagar lo que deben. Esto genera (por este orden), más deuda, más morosidad, más impago y finalmente más desempleo.
Si las empresas colapsan y cierran implica menos actividad económica, menos trabajo (más desempleo), menos impuestos, más impagos y menos cotizaciones a la seguridad social. En otras palabras, los gobiernos ven disminuido su nivel de ingresos ya que recaudan menos impuestos y hay menos cotizantes a la seguridad social. Al mismo tiempo, deben mantener su gasto en educación y sanidad e incrementar la partida dedicada a los subsidios de desempleo (en caso contrario, comienzan los recortes). Por esta razón, los gobiernos prestaron, prestan y prestarán dinero a los bancos a un tipo de interés determinado. Obviamente para que después se lo devuelvan. Cuando los gobiernos prestan dinero a los bancos, están convirtiendo la deuda privada en deuda pública.
¿Qué implicaciones tiene esto? El sector público puede aguantar y soportar mejor la deuda que el sector privado. Además la deuda forma parte de los ingresos anuales (consúltese los Presupuestos Generales del Estado 2015 y la Ley 47/2003 de 26 de noviembre). Veamos qué significa esto. La deuda pública son los préstamos que la Administración recibe de terceros: otros países, bancos, empresas o incluso los propios ciudadanos de un país. Por esos préstamos (en forma de bonos y obligaciones), la Administración debe pagar unos intereses que se computan en el déficit. El problema es si el déficit público (diferencia entre ingresos y gastos) aumenta cada año y sigue engrosando la deuda pública de un país. Por ejemplo, la deuda pública de Japón está en torno al 245% del PIB mientras que la deuda española está cercana al 100% (más detalles aquí). Sin embargo, la economía japonesa es muy competitiva y nadie duda de que es un pagador fiable.
¿Qué está sucediendo en España? La mejor forma de explicarlo es a través del símil de una bañera. El ideal es tener una bañera con agua. Durante la crisis, la economía española perdía agua por todos los sitios. Ahora la economía española ha dejado de perder agua; sin embargo, la bañera está vacía. No hay agua. En otras palabras, si la economía española no hubiera ayudado a su sector financiero la alternativa era la quiebra (esto no quiere decir que algunas actuaciones de la banca pública española hayan sido intolerables, aquí y aquí) y esto hubiese acabado con el ahorro de muchos ciudadanos. De hecho, la Unión Europea concedió en 2012 un crédito de 100,000 millones al gobierno español para sanear su sistema financiero. En la actualidad la deuda total (pública y privada) de la economía española se sitúa en torno al 401% del PIB (de cada 100 euros que se generan se deben 400): gobierno y administraciones públicas (132%), empresas (108%), familias (73%) y sector financiero (89%) (más detalles en el informe "Debt and not much deleveraging" del McKinsey Global Institute). El problema de la economía española es que no tiene un plan a largo plazo (recomiendo esta entrevista a Israel Ruiz, vicepresidente MIT) (la bañera está vacía y ninguno de nuestros políticos -los viejos y los nuevos- parece haberse percatado). Se necesita una economía competitiva y productiva. Se deben buscar los incentivos para crear empleo y no se puede apostar todo por el turismo y la construcción. Si una economía apuesta "unicamente" por el turismo y la construcción probablemente va a tener más camareros que ingenieros, y esto significa que el salario medio de todos va a ser un tercio o un cuarto inferior al de aquellos países que apuesten por "tener más ingenieros y físicos". No puede ser que España figure en el puesto 115 de 185 países para abrir un negocio. Hay que explorar otras vías como el contrato único y reducir la economía sumergida. Aunque esto es otra historia.
Creo que se equivoca los nuevos partidos como Podemos e incluso IU, Abogan por industrializar españa, como? pues principalmente invirtiendo desde el sector publico en la industria de energias renovables , eso crearía una industria que sustituiría el fiasco de la construcción, y de paso conseguiría una menos dependencia energetica , por lo que mejoraríamos tambien el PIB.
ResponderEliminarluego todos los partidos PP, PSOE, PODEMOS Y C´S proponen mejoras en el I+D+i , PP lo propone ahora, pero anda que no ha tenido tiempo, la ínuca mejora en este sentido fue en la comunidad de Madrid con ayuda a emprendedores, dnd no podemos decir que la emprendeduría sea igual a I+D+i . porque vamos a confiar en ellos si no han hecho nada en este sentido.
el psoe fue el partido que mas gasto destino I+D+i pero no mucho... y luego tuvo que recortar por la crisis...
es deir de pp y psoe no podemos confiar.
de c´s y podemos , aún está por ver... mientras c´s espera que la empresa privada venga a invertir en en I+D+i a españa, algo que hemos visto que no va a ser. Podemos propone darle el empujon con inversión publica, lo que luego podría atraer a empresas
Gracias por la respuesta, me encanta leerle, y aunque algunas cosas las veamos diferentes. Me encanta leerle y aprendo mucho con usted, ojala hubierá mas blogs como éste , aprendemos muchos sobre la actualidad y la historía.
ResponderEliminar(sobre lo del poder financiero,solo una cosa, pero es que hoy en día es el poder que manda, y es el poder menos regulado de todos por la sociedad. ël se pone sus propios limites, es como un niño mal criado, si no tiene valores para auto-controlarse, hace lo que quiere..., y luego lo pagamos hermanos, padres, y tios, yo creo que la sociedad debería de regular ese poder, ha tomado demasiado poder! y va en contra del bien comun, solo beneficía a unos pocos, ahora mismo está fuera de su fin para con la sociedad)
Anónimo muchas gracias por tus palabras. Está bien que se vean las cosas diferentes ya que se enriquecen los argumentos. La ley Glass-Steagal creada en 1929 en EEUU limitaba la capacidad de inversión de las entidades financieras. Se derogó a finales de la década de 1990 y desde luego fue uno de los factores que estimuló lo que vino después. Seguimos en contacto. Un saludo.
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